Un mundo mejor sí es posible

Este es un escrito que escribí a mano en un café una tarde lluviosa en junio de 2021:

Llueve a cántaros y el olor a té negro y la música de fondo de invitan a reflexionar. ¿Hacia dónde vamos? Más importante aún, ¿cuál es mi lugar y qué puedo hacer? Es hora de escribir un manifiesto: qué soy, quién soy, cuáles son mis valores y qué dirección debo tomar. Seguramente hay otras preguntas, las cuales aparecerán en su momento.

Lo primero: Saldré fortalecido de todo esto. Pandemia, aislamiento, encierro, miedo de haberme alejado de mis amigos, de los periodos de sombra, de la muerte de un familiar, del luto, de las dificultades económicas de mi familia y del miedo por mis abuelos. Me aterra el futuro.

Lo segundo: debo prepararme para estar siempre listo. De todos los problemas que he tenido, el mundo tiene más. El futuro laboral, económico y financiero de los jóvenes tiene mala cara. La crisis climática me causa ansiedad y soy muy pequeño para cambiarlo. El populismo y el totalitarismo, aquellos viejos amigos crecen y se expanden. Toca preprarse para lo que venga.

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