El último Gran Estadista Colombiano
Atardecer sobre La Candelaria visto desde la Universidad de los Andes.
Hoy me reuní con un grupo de tertulia que armé con unos amigos para hablar de política, historia, economía y literatura. Fui el ponente de la primera sesión y decidí que el tema a tratar para inaugurar nuestro grupo de tertulia (aún sin nombre) sería discutir cuál fue el último gran estadista colombiano. Esta es una pregunta difícil e interesante, que puede tocar fibras personales, intelectuales o de alineación política.
Para arrancar, comenzamos con una ronda donde cada uno daba sus ideas sobre cómo definir a un estadista, para después contrastar a los candidatos de este título merecedor. Un tema central en la definición de qué es un estadista fue el respeto por la separación de poderes y que en esencia un estadista es un demócrata (en el sentido conceptual de la palabra, no como afiliación política al partido Demócrata de los EE.UU.).
Un gran amigo abrió la discusión dando un contexto histórico del origen de la concepción de estadista, otrora un hombre de estado. Naturalmente, mencionó, un estadista solo puede existir en estado-naciones modernas, por lo cuál el Papa, por ejemplo, no podría ser un estadista. Como tampoco un monarca, así sea de una monarquía constitucional. Mencionó que no necesita ser un gran orador, ya que no está en su naturaleza buscar la atención del público. Fue además muy concluyente en que un estadista tiene una visión de largo plazo, en desarrollar un proyecto de estado y no uno de gobierno. Cerró su intervención nominando a Humberto de la Calle y a Juan Manuel Santos como los últimos grandes estadistas colombianos.
Otros mencionaron que un estadista debe ser diplomático en ambos sentidos de la palabras: ser una persona respetuosa que busca elevar la dignidad de sus interlocutores y tener esa sensibilidad, o tacto, como también de tener una visión internacionalista. Ubicar al país dentro de un contexto global más amplio y no solo enfocar la mirada hacia adentro. Un amigo fue muy claro en defender su postura de que un estadista es ante todo un defensor del Estado de Derecho y de la Separación de Poderes (las mayúsculas para resaltar estos dos conceptos). Estuvo cercano a nominar a Álvaro Uribe como el último gran estadista pero se decantó por Santos.
Hubo un amigo que nos retó duramente a repensar nuestra definición de un estadista. ¿Puede una entidad ser también? Mencionó al Banco de la República y a los grupos empresariales como potenciales estadistas. Sus razones eran que estas entidades también tienen una visión de largo plazo, buscan respetar el arreglo de poderes y la estabilidad jurídica. Fue muy claro en que muchos políticos buscan ser showmans, y que difícilmente un político sin carrera empresarial o como experto podría ser un estadista. Con esto resaltó su punto de que los estadistas tienen relación o un paso importante por el sector empresarial, donde aprenden de la disciplina de buscar la ganancia de largo plazo sobre el cortoplacismo.
Por mi lado, definí a un estadista como alguien que cumple con:
- Un gran orador y comunicador: Esto es necesario para convencer y convertirse en un gran líder. Puedes tener las mejores ideas y soluciones, pero si no las sabes comunicar ni convencer a los que necesitas convencer, no llegará lejos.
- Tener una visión de largo plazo: Un estadista se preocupa por el futuro del país y no se dedica a crear divisiones ni sacrificar el futuro del país por las ganancias electorales de corto plazo. Tiene esa capacidad de tomar la decisiones difíciles para garantizar un mejor futuro.
- Trabaja embebido en las instituciones: Un estadista sabe que para cumplir con sus objetivos se tiene que rodear de las mejores mentes. Roma no se construyó a punta de discursos. Las buenas instituciones tienen a expertos que saben cómo construir soluciones y escuchan las necesidades del pueblo. Un estadista sabe apoyarse de los expertos, respeta las instituciones y sabe administrar el poder para cumplir con sus objetivos.
Nominé a Carlos Lleras Restrepo como el último gran estadista. Esto merece un blog por aparte.
Al final acordamos la siguiente lista (no exhaustiva) de los estadistas mas recientes de la historia:
Estos son los que yo estoy de acuerdo:
- Juan Manuel Santos
- Humberto de la Calle
- Alejandro Gaviria
- Virgilio Barco
- María Ángela Holguín
- Cristina Pardo Schlesinger
Y estos son los otros candidatos con los cuales yo no estuve de acuerdo (cada uno podría merecer su propio blog, quizás para otro día):
- Álvaro Uribe
- César Gaviria
- Gustavo Rojas Pinilla
- Carlos Gaviria D.
- Gina Parody
- Cecilia López
- Claudia López
- Angélica Lozano
- Laura Sarabia
Al final, todos estuvimos de acuerdo de manera unánime y casi inmediata de que el presidente actual, Gustavo Petro, no puede ser considerado un Estadista. Su visión de corto plazo, el desconocimiento de los avances de política pública de gobiernos pasados, el irrespeto por la Constitución y la institucionalidad, la reticencia a oír a los expertos y el discurso divisivo lo descartaron según la definición que dimos.
Fue un buen ejercicio de escucha, de diálogo, de aprender y de hablar con profesiones distinta. Esto es lo que necesitamos: dialogar, respetar y buscar consensos. Aprender del otro y ser siempre curioso.
Bogotá, 15 de septiembre de 2024.
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